Bienvenidos

Lector apacible y bucólico, sobrio e inocente hombre de bien, arroja este libro saturniano, orgiástico y melacólico. Sino has estudiado tu retórica con Satán, el astuto decano, ¡arrójalo!. no comprenderás nada de él o me creeras histérico. Pero si, sin dejarte hechizar, tu pupila sabe sumergirse en los abismos, léeme para aprender a amarme; alma curiosa que sufres y andas en busca de tu paraíso ¡compadéceme! sino ¡yo te maldigo!

-Charles Baudelaire-

martes, 4 de septiembre de 2007

...soy



Marchando en la penumbra como una sombra más
de algo indefinido e ilusorio, plano y amorfo
que las miradas silentes que pasan no descubren,
o ignoran con gran habilidad.
Marchitándome sin siquiera ser vista,
sumiéndome en el ocaso de la esperanza,
y de regreso al mundo creado por mi mente
dónde mis pensamientos aguardan una charla conmigo.
Soy yo un impenetrable misterio
que nadie anhela descubrir,
soy yo la nada y el silencio
en un abismo inexistente.
Mi voz se ha vuelto desconocida,
me he enclaustrado al quedarme sin letras,
mis sentimientos, heroicos, se han suicidado,
mi futuro ya no se afana más;
Permaneceré postrada en el mismo sitio,
seguiré viendo a los seres pasar,
continuaré siendo lo ignoto e inaccesible,
mientras los pálidos días se alejan.
Soy yo un impenetrable misterio
que nadie anhela descubrir,
soy la nada y el silencio
en un abismo inexistente.

1 comentario:

David! dijo...

Muy decadente, adios a la esperanza?