Bienvenidos

Lector apacible y bucólico, sobrio e inocente hombre de bien, arroja este libro saturniano, orgiástico y melacólico. Sino has estudiado tu retórica con Satán, el astuto decano, ¡arrójalo!. no comprenderás nada de él o me creeras histérico. Pero si, sin dejarte hechizar, tu pupila sabe sumergirse en los abismos, léeme para aprender a amarme; alma curiosa que sufres y andas en busca de tu paraíso ¡compadéceme! sino ¡yo te maldigo!

-Charles Baudelaire-

lunes, 9 de julio de 2007



Caminando rápido, huyendo de los pensamientos
que me persiguen de pasos atrás
¿Cuándo aprenderé que las ideas no
se quedan en la esquina con el andar veloz?
Llevan mi ritmo, permanecen en el cerebro,
los pasos no evitan que se involucren con la mente,
se burlan de mí y de todo el sendero
que he formado desde que llegaron…
No se alejan de mí porque no hay distancia alguna
entre el camino sin rumbo que he llevado.


(El escrito ya tiene buen tiempo, lo escribí porque siempre caminaba para dejar de pensar, pero algunas veces no daba resultado)

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